viernes, 24 de abril de 2009

Un jardín de verdad con ranas de cartón

Juan Marsé
- Premio Cervantes 2009-



Pronto se quedará desierta nuestra calle
y tendremos que hablar de cualquier cosa,
de poesía quizá,
de cualquier cosa.


Irene Sánchez Carrón
- Ningún mensaje nuevo, Hiperión 2009-

jueves, 23 de abril de 2009

Reflexiones de un treintañero



Me encanta como fluye la música de Miles Davis. La trompeta asordinada envuelta en un aire de tranquilidad y melancolía. Como si la vida, el aire y el ritmo, se pausaran por unos instantes donde sólo queda la magia del sonido, la cadencia de la música de su trompeta y el piano de Bill Evans o el saxo de Coltrane.

La vida, como la realidad, fluye despacio en el día a día, en el presente, pero envuelta en un pasado y un futuro que corren apresurados y que al mirar atrás te muestran la velocidad con la que gira el mundo, con sus días, meses y años, y el vértigo de las rápidas sucesiones de otoños y primaveras.

Los días de tartas, regalos y velas, siempre son especiales. Como un pequeño paréntesis en rutinas y días que cabalgan sin detenerse. Y más al cumplir los treinta. Una fecha tan redonda que es difícil evitar parar a pensar. Porque todo ha pasado demasiado rápido. Pero no lo suficiente como para no haber aprovechado cada instante, cada momento, y estar feliz por todo lo vivido.

Porque al final la vida es cuestión de detalles. Cuestión de la gente que quieres. Cuestión de esa persona tan especial con la que compartes todo y sin quién no imaginas tu propia vida. Cuestión de los buenos momentos, porque los malos, aunque nos hacen más fuertes, enseguida debemos de olvidarlos para no vivir en ellos.

Y así, los días seguirán sucediéndose unos a otros, pero siempre como una hoja en blanco que debemos de dar color para que la vida nunca resulte aburrida. Seguirán sucediéndose con la magia de las nuevas ilusiones, de todo lo que nos queda por vivir. Seguirán viniendo abriles. Veranos y fiestas de guardar. Seguirán atrapándonos aniversarios y celebraciones que nos recuerden donde estamos.

El jazz, como la vida, es la magia de lo efímero. La belleza de lo que se va para ya no volver. Pero siempre nos quedarán los recuerdos, al igual que la música, como una parte de nosotros mismos que ya siempre nos acompañarán. Siempre nos quedará nuestra gente y toda una vida para disfrutar. Siempre nos quedará París.

Y mientras, seguirá sonando esa melancolía que produce la trompeta de Miles en su respirar pausado. Porque mirar atrás siempre produce melancolía. Esa extraña mezcla de melancolía y alegría.

miércoles, 22 de abril de 2009

No importa

No importa lo que nos digan.

Ambos sabemos que ese trocito azul de cielo es nuestro. Ese pedazito que se ve por debajo de la cortina y que vale más que el suelo que nos sujeta. No importan lo que nos digan. Ambos sabemos que todos esos momentos nos pertenecen, con sus risas, sus silencios, sus rutinas y sus sonidos. Caminando sobre el alambre como un funambulista, no hay más camino que el que nos guía, ni más tiempo que marca el reloj que nunca tuvimos. No necesitamos sus minutos, ni sus horas. Las campanas suenan cada quince minutos, y no hay nada que importe más que aquellas cosas que no importan. Nosotros lo sabemos. No importa lo que nos digan.

martes, 21 de abril de 2009

Luna


"Elaboraba la sustancia de sus propios sueños y con esos materiales fabricó un mundo para mí. Las palabras son gratis, decía y se las apropiaba, todas eran suyas. Ella sembró en mi cabeza la idea de que la realidad no es sólo como se percibe en la superficie, también tiene una dimensión mágica y, si a uno se le antoja, es legítimo exagerarla y ponerle color para que el tránsito por esta vida no resulte tan aburrido.
(...)
De mí dependía la existencia de todo lo que nacía, moría o acontecía en las arenas inmóviles donde germinaban mis cuentos. Podía colocar en ellas lo que quisiera, bastaba pronunciar la palabra justa para darle vida. "

EVA LUNA - Isabel Allende