El día me encuentra

No hay rastro de los detectives salvajes. Por más que me asome a las tabernas, por más que recurra una y otra vez a las mismas calles. Salir al exterior empujado por la rutina. El mismo camino, la misma lluvia. El día me encuentra.

El silencio y su descontento

Esta calle de París bien podría estar en Madrid. Estos tejados de Madrid bien podrían estar en París. Acompaño a los gatos. Es la hora de desertar. O de despertar. Acompaño a los hijos de Miles. A través de la ventana la gran ciudad se dibuja en blanco y la melodía va volviéndose más electrónica. Nunca fui sospechoso de ser punk. Las calles del barrio, con sus bares y supermercados, poco a poco ascienden hasta los tejados mientras el tiempo arrebata los últimos retazos de Madrid, que bien podría ser París. Acompaño a los gatos. Es la hora de desertar.

Las afueras

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Estar en las afueras

también es estar dentro..

- Pablo García Casado-

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Podría disimular. Fingir que no importa. Podría desnudarme. Salir a la fría mañana de invierno y sentir como el aire helado y la lluvia envuelven mi cuerpo hasta dejar de sentirlo. Podría huir, viajar a las afueras y recorrer en silencio los polígonos vacíos fingiendo que no importa. Podría disimular, fingir que no importa. Podría esconderme de esta mañana de Enero y pasear por el barrio bajo mi sombrero pensando que quizás la poesía no sirva de nada.

Si yo fuera de verdad

¿Dónde estarán los vivos?

-F. Pessoa-

Al fin la deserción del yo
deja su inventario inútil
por este tiempo de paraíso.

-Antonio Piedra-