
No hay rastro de los detectives salvajes. Por más que me asome a las tabernas, por más que recurra una y otra vez a las mismas calles. Salir al exterior empujado por la rutina. El mismo camino, la misma lluvia. El día me encuentra.
Al fin la deserción del yo
deja su inventario inútil
por este tiempo de paraíso.
-Antonio Piedra-