
Esta calle de París bien podría estar en Madrid. Estos tejados de Madrid bien podrían estar en París. Acompaño a los gatos. Es la hora de desertar. O de despertar. Acompaño a los hijos de Miles. A través de la ventana la gran ciudad se dibuja en blanco y la melodía va volviéndose más electrónica. Nunca fui sospechoso de ser punk. Las calles del barrio, con sus bares y supermercados, poco a poco ascienden hasta los tejados mientras el tiempo arrebata los últimos retazos de Madrid, que bien podría ser París. Acompaño a los gatos. Es la hora de desertar.
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