lunes, 23 de febrero de 2009

Los detectives salvajes



2 de noviembre

He sido cordialmente invitado a formar parte del realismo visceral. Por supuesto, he aceptado. No hubo ceremonia de iniciación. Mejor así.

(...)

Como iba diciendo: volvía cada noche a mi cueva, solo, caminando como si estuviera ya dormido, y cuando llegaba encendía una vela, no fuera a ser que me hubiera equivocado, en El Borrado hay más de diez cuevas, la mitad de ellas ocupadas, pero nunca me equivoqué. Después me metía en mi saco de dormir El Canadiense Impetuoso Extraprotector y me ponía a pensar en la vida, en las cosas que ocurren a un palmo de tus narices y que a veces comprendes y otras veces, la mayoría, no comprendes, y entonces ese pensamiento me llevaba a otro y ese otro a otro más y después, sin darme cuenta, ya estaba dormido y volando o reptando, que más da.

Los detectives salvajes, Roberto Bolaño

No hay comentarios: